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¿Qué haces aquí, Elías?

Ni en el viento, ni en el terremoto, ni en el fuego...,
sino en la brisa, en la voz de lo pequeño.

jueves, 11 de febrero de 2016

Hang the DJ



 
Murder throbbed in his wrists
To the loudspeaker’s pelvic thud, her floating move.
She was selling herself like the island, without
Any pain, and the village did not seem to care.

DEREK WALCOTT


Becasue the music that they constantly play
It says nothing to me about my life.

THE SMITHS



Fue tan sencillo llegar a este punto
que casi no sabríamos decir
con certeza
por qué caminos discurrieron
nuestros pasos.

Entre la belleza, más bellos nosotros,
no fuimos capaces, tampoco,
de encontrar la senda cierta.
y hubiera sido definitivo,
                                        ya ves,
aunque llevara al mismo sitio.

Confundidos en una sintaxis ajena,
cercados por la sordina pop,
alguien nos fue sugiriendo
el margen de aquel otro río
que infinitamente llevaba a este mismo mar.
Nadie me trae tus besos ahora;
no hay nadie en Edimburgo,
y en Oslo
no hay nadie más que tú.

Para el mes de noviembre
ya nada hablaba de nosotros.
Alguna referencia, si acaso,
a la distancia, a lo que cuesta
convertir y convertirse en recuerdo.
Por más que nos amamos
en todos los idiomas
que conocíamos, nadie
fue capaz de referirlo.

Vendidos baratos, no fuimos más que eso:
pequeños héroes clásicos
atormentados mientras los DJs chillaban
WE MOVIN’ MAN! WE MOVIN’!,
para responder a coro
but towards what?

Entonces no habríamos sabido contestarnos.

Ahora esquivamos las certezas,
                                                 No sé…
quizá sean ellas las que nos esquivan
a nosotros. Fue este río.
Bien pudiera haber sido otro.

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